Petry
2013-03-10 19:32:55 UTC
La nota más comentada del domingo
10/03/2013
Compartir Urgente24
************
Nicolás Maduro y Hugo Chávez: No está bien cómo se administró
la crisis
Nota publicada en el diario "Página 12"
por SANTIAGO O*DONNELL
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Página/12). La muerte de Chávez estuvo
mal. No digo la muerte en sí, todos vamos a morir, pero cómo se
manejó desde el poder, ocultando la verdad a toda esa gente que se
preocupaba por él y que salió a la calle a llorarlo cuando
finalmente le dijeron que Chávez había muerto. Esa gente, ese
pueblo, se merecía la verdad.
Yo entiendo que en la polÃtica no conviene mostrar debilidad.
Entiendo que la construcción del mito sirve para afianzar a los
herederos políticos del comandante. Entiendo que se quiera preservar
todo lo que hizo Chávez por la inclusión social en Venezuela y por
la unidad latinoamericana. Pero lo que hicieron me sigue pareciendo una
falta de respeto.
No soy un experto, pero me parece que una persona que es operada de
cáncer al menos cuatro veces en menos de un año y medio tiene un
cáncer galopante y no está en condiciones de gobernar. Ya en la
campaña para las elecciones de noviembre se lo vio a Chávez todo
hinchado de cortisona y él mismo reconoció que tenía que tomar
poderosos calmantes para controlar el dolor.
Después estuvo tres meses en Cuba prácticamente sin dar señales de
vida, encerrado en un hospital de un país que depende económicamente
de lo que decida el enfermo o su eventual sucesor, sin que puedan verlo
los presidentes extranjeros que viajaron a visitarlo, ni nadie que no
pertenezca al círculo íntimo de Chávez y tenga el visto bueno de
los hermanos Castro. Los cubanos manejaron la comunicación desde la
isla como lo vienen haciendo desde que triunfó la revolución, hace
ya muchas décadas: siguiendo a rajatabla el modelo totalitario
propagandístico de las dictaduras china y soviética.
Salvo en Corea del Norte, Irán, Cuba y países por el estilo, cuando
una persona importante se enferma, ni hablar el presidente, se estila
que el médico que lo trata o el jefe del equipo médico informe
periódicamente sobre el estado de salud del paciente. Alguien que se
haga responsable desde el punto de vista médico y diga qué
enfermedad tiene el paciente, en qué consisten las operaciones que se
le realizan, qué órganos están afectados y cuál es el
tratamiento que se le practica. Información básica. No hace falta
entrar en detalles ni hacer un reality. Tampoco se puede negar lo
evidente.
En el caso de Chávez, todavía no sabemos qué tipo de cáncer
sufrió, ni qué le removieron en las intervenciones quirúrgicas, ni
de dónde se lo removieron; nunca se supo si lo conectaron o no a un
respirador artificial, pese a que se dijo muchas veces desde el gobierno
que Chávez padecía una infección pulmonar; no se sabe si estaba
bajo el efecto de la morfina y ni siquiera se sabe si en algún momento
estuvo inconsciente durante los tres meses que estuvo en Cuba, segín
los chavistas, gobernando Venezuela.
Entonces, me parece, es lógico que mucha gente empiece a poner en duda
la información fragmentaria e incompleta que dieron Maduro y un par de
ministros, convertidos en portavoces de médicos que ni siquiera se
sabe quienes son.
No hace falta odiar a Chávez, ni tener amigos en el exilio de Miami,
ni ser golpista para desconfiar.
Anoche, un médico legista me dijo que preparar un cuerpo para ser
exhibido durante diez días sin descomponerse lleva días, no horas.
Pero Chávez empezó a ser mostrado pocas horas despuús del anuncio
de su muerte y según los testigos estaba rozagante. Las fotos con las
hijas y con la tapa del Granma de ese día, al mejor estilo Fidel; el
tweet anunciando que estaba contento de volver a Venezuela; la limpia y
vigorosa firma estampada en el único decreto que supuestamente firmó
durante su última convalecencia en Cuba; la ausencia de familiares y
funcionarios en el Hospital Militar, despuús de su vuelta, mientras
supuestamente se estaba curando, tras aterrizar sin que nadie lo vea; la
supuestas discusiones de gabinete y enérgicas órdenes que les daba a
sus ministros, cuando después resulta que no podía hablar porque le
habían practicado una traqueotomía... en fin, un montón de cosas
que pueden ser verdad. Pero cuando un gobierno oculta información
básica, si somos honestos, creo, vamos a sospechar.
¿Y qué importa si hubo ocultamientos y aun mentiras si todo se hizo
en función de un bien común, el de preservar los grandes logros de
la Revolución Bolivariana? Bueno, está bien. Ignoremos eso y
también el fracaso económico, el dólar en negro, la inflación
record, la criminalidad record, la corrupción, las valijas, la patotas
armadas que fungen de milicias chavistas, la Corte Suprema de mayoría
automática, el odio hacia Estados Unidos cuando le vende todo su
petróleo a Estados Unidos, el enfrentamiento con las organizaciones
nacionales e internacionales de derechos humanos, ignoremos que no hubo
dictador en el mundo que Chávez no abrazara. Hagamos de cuenta que
hay golpes de Estado buenos, como el que dio Chávez, y golpes de
Estado malos, como el que le hicieron a Chávez. Pasemos por alto estos
detalles y vayamos al día en que anuncian su muerte.
Me parece que para anunciar un complot internacional, sobre todo en un
día de tanta sensibilidad para los venezolanos, hay que ser un poquito
más serios, quizás hasta se podría mencionar alguna prueba. Y
decir que le inocularon el cáncer, justo en ese momento, ¿no es
jugar con los sentimientos de la gente?
Así llegamos a la Constitución. Y sí, voy a decir lo mismo que
dice Capriles, ese rival tan odiado por el chavismo. No lo digo porque
lo dijo Capriles, sino porque leí la Constitución. Mi impresión es
que no la están cumpliendo. Más bien, que el gobierno venezolano
está manipulando la Carta Magna chavista para afianzar el liderazgo de
Maduro en defensa del modelo carismático cesarista plebiscitario que
moldeó el comandante.
La Constitución venezolana dice que si la ausencia del presidente se
produce antes de la jura, tiene que asumir el presidente de la asamblea,
que no es Maduro sino Diosdado Cabello. Lo dice muy claro. También
dice que el presidente tiene que asumir el 10 de enero y no cuando
pueda, en otra fecha. También dice que ni el vicepresidente ni
miembros del gabinete pueden ser candidatos en una elección para
reemplazar al presidente. También dice que el vicepresidente debe ser
nombrado por decreto presidencial, ya que no es un cargo electivo. Pero
por suerte para los chavistas, con sucesivas ampliaciones Chávez se
aseguró una mayoría automática en el Tribunal Superior de Justicia
(TSJ), órgano de 32 miembros con el que reemplazó a la vieja Corte
Suprema de siete jueces a partir de la Constitución de 1999.
En sucesivos fallos hechos a medida de Maduro, el TSJ falló que Maduro
podía ser el “vicepresidente ejecutivo” aunque Chávez no
había firmado ningún papel nombrando a Maduro vicepresidente, por el
solo hecho de que Maduro había sido vicepresidente en el período
anterior; después falló que Chávez podía jurar cuando y donde
quisiera, sin que por eso se pusiera en duda que estaba al mando y en
control del país, cuando era evidente que no estaba en condiciones de
hacerlo, sólo para sostener a Maduro; después habilitó la
candidatura de Maduro para las próximas elecciones al inventar el
cargo de “presidente encargado”. O sea, para que se
entienda, la Constitución prohíbe al vice y los ministros ser
candidatos, pero no al “presidente encargado”, pero porque
ese cargo no existe, no figura en la Constitución. Mejor dicho, no
existía.
La maniobra se consumó el viernes en una juramentación que, lejos de
los treinta y pico mandatarios que asistieron al funeral de Chávez,
apenas contó con la presencia de Correa, los presidentes destituidos
de Honduras y Paraguay y una ex senadora colombiana expulsada del
Congreso de su país, todos ellas personas muy repetables, pero con un
peso simbólico relativo a la hora de la legitimación.
Ese es el problema que yo le veo a esta situación. Entiendo que Lula,
Dilma, Insulza y los estadounidenses estén preocupados porque la
transición es un momento delicado en un país tan polarizado como
Venezuela, y nadie quiere problemas. Entiendo que los Castro estén
preocupados por el petróleo regalado, porque medio siglo de
experimento comunista no les alcanzó para darse cuenta de que así la
economía no funciona.
Pero toda esta manipulación que se hace para fortalecer a Maduro, a la
larga o a la corta, podría debilitarlo. Porque podemos pasarnos días
enteros hablando de las falencias y las debilidades de las democracias
formalistas y neoliberales que colapsaron en Venezuela y otros países
de región. De cómo esas democracias fracasadas fueron interpeladas y
reemplazadas por la camada de caudillos personalistas que lideró
Chávez.
Pero algunas formalidades parecen necesarias. Decir la verdad aunque
duela, por ejemplo, o respetar la Constitución cuando no me conviene.
No para retroceder, ni para entregar el país, ni para bajar las
banderas, sino para estar mejor. Para progresar a partir de lo que ya
fue, más allá de lo malo y de lo bueno.
Opine
*******************************
Gracias Sr, O'Donnell por verlo todo tan claro y hacerselo ver a los que
están engañados con una venda sobre los ojos y no ven el tremendo
montaje que aqui se ha hecho. Yo no soy chavista pero como cristiana vi
desde el principio la traición al pueblo y el sacrilegio a un hombre
que equivocado o no, fué fien a sus ideas a sus amigos o a los que
él creia sus amigos ..
Se habia entregado a los brazos de Dios y estaba permanentemente
nombrándolo...
no se merecia éste pago ni ésta verguenza por un poco de petroleo y
una banda que no se merecen ..
El desprestigio de un pais como Venezuela es imperdonable...y puedo
asegurar sin temor a equivocarme que de la cabezo de una persona como
Maduro nunca pudo salir éste rrastrero plan aunque él lo haya
apoyado ..de eso estoy segura ...
Gracias Página12, y Urgente 24
Asi tiene que ser, lo que está mal está mal, lo haga quién lo haga
.
10/03/2013
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Nicolás Maduro y Hugo Chávez: No está bien cómo se administró
la crisis
Nota publicada en el diario "Página 12"
por SANTIAGO O*DONNELL
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Página/12). La muerte de Chávez estuvo
mal. No digo la muerte en sí, todos vamos a morir, pero cómo se
manejó desde el poder, ocultando la verdad a toda esa gente que se
preocupaba por él y que salió a la calle a llorarlo cuando
finalmente le dijeron que Chávez había muerto. Esa gente, ese
pueblo, se merecía la verdad.
Yo entiendo que en la polÃtica no conviene mostrar debilidad.
Entiendo que la construcción del mito sirve para afianzar a los
herederos políticos del comandante. Entiendo que se quiera preservar
todo lo que hizo Chávez por la inclusión social en Venezuela y por
la unidad latinoamericana. Pero lo que hicieron me sigue pareciendo una
falta de respeto.
No soy un experto, pero me parece que una persona que es operada de
cáncer al menos cuatro veces en menos de un año y medio tiene un
cáncer galopante y no está en condiciones de gobernar. Ya en la
campaña para las elecciones de noviembre se lo vio a Chávez todo
hinchado de cortisona y él mismo reconoció que tenía que tomar
poderosos calmantes para controlar el dolor.
Después estuvo tres meses en Cuba prácticamente sin dar señales de
vida, encerrado en un hospital de un país que depende económicamente
de lo que decida el enfermo o su eventual sucesor, sin que puedan verlo
los presidentes extranjeros que viajaron a visitarlo, ni nadie que no
pertenezca al círculo íntimo de Chávez y tenga el visto bueno de
los hermanos Castro. Los cubanos manejaron la comunicación desde la
isla como lo vienen haciendo desde que triunfó la revolución, hace
ya muchas décadas: siguiendo a rajatabla el modelo totalitario
propagandístico de las dictaduras china y soviética.
Salvo en Corea del Norte, Irán, Cuba y países por el estilo, cuando
una persona importante se enferma, ni hablar el presidente, se estila
que el médico que lo trata o el jefe del equipo médico informe
periódicamente sobre el estado de salud del paciente. Alguien que se
haga responsable desde el punto de vista médico y diga qué
enfermedad tiene el paciente, en qué consisten las operaciones que se
le realizan, qué órganos están afectados y cuál es el
tratamiento que se le practica. Información básica. No hace falta
entrar en detalles ni hacer un reality. Tampoco se puede negar lo
evidente.
En el caso de Chávez, todavía no sabemos qué tipo de cáncer
sufrió, ni qué le removieron en las intervenciones quirúrgicas, ni
de dónde se lo removieron; nunca se supo si lo conectaron o no a un
respirador artificial, pese a que se dijo muchas veces desde el gobierno
que Chávez padecía una infección pulmonar; no se sabe si estaba
bajo el efecto de la morfina y ni siquiera se sabe si en algún momento
estuvo inconsciente durante los tres meses que estuvo en Cuba, segín
los chavistas, gobernando Venezuela.
Entonces, me parece, es lógico que mucha gente empiece a poner en duda
la información fragmentaria e incompleta que dieron Maduro y un par de
ministros, convertidos en portavoces de médicos que ni siquiera se
sabe quienes son.
No hace falta odiar a Chávez, ni tener amigos en el exilio de Miami,
ni ser golpista para desconfiar.
Anoche, un médico legista me dijo que preparar un cuerpo para ser
exhibido durante diez días sin descomponerse lleva días, no horas.
Pero Chávez empezó a ser mostrado pocas horas despuús del anuncio
de su muerte y según los testigos estaba rozagante. Las fotos con las
hijas y con la tapa del Granma de ese día, al mejor estilo Fidel; el
tweet anunciando que estaba contento de volver a Venezuela; la limpia y
vigorosa firma estampada en el único decreto que supuestamente firmó
durante su última convalecencia en Cuba; la ausencia de familiares y
funcionarios en el Hospital Militar, despuús de su vuelta, mientras
supuestamente se estaba curando, tras aterrizar sin que nadie lo vea; la
supuestas discusiones de gabinete y enérgicas órdenes que les daba a
sus ministros, cuando después resulta que no podía hablar porque le
habían practicado una traqueotomía... en fin, un montón de cosas
que pueden ser verdad. Pero cuando un gobierno oculta información
básica, si somos honestos, creo, vamos a sospechar.
¿Y qué importa si hubo ocultamientos y aun mentiras si todo se hizo
en función de un bien común, el de preservar los grandes logros de
la Revolución Bolivariana? Bueno, está bien. Ignoremos eso y
también el fracaso económico, el dólar en negro, la inflación
record, la criminalidad record, la corrupción, las valijas, la patotas
armadas que fungen de milicias chavistas, la Corte Suprema de mayoría
automática, el odio hacia Estados Unidos cuando le vende todo su
petróleo a Estados Unidos, el enfrentamiento con las organizaciones
nacionales e internacionales de derechos humanos, ignoremos que no hubo
dictador en el mundo que Chávez no abrazara. Hagamos de cuenta que
hay golpes de Estado buenos, como el que dio Chávez, y golpes de
Estado malos, como el que le hicieron a Chávez. Pasemos por alto estos
detalles y vayamos al día en que anuncian su muerte.
Me parece que para anunciar un complot internacional, sobre todo en un
día de tanta sensibilidad para los venezolanos, hay que ser un poquito
más serios, quizás hasta se podría mencionar alguna prueba. Y
decir que le inocularon el cáncer, justo en ese momento, ¿no es
jugar con los sentimientos de la gente?
Así llegamos a la Constitución. Y sí, voy a decir lo mismo que
dice Capriles, ese rival tan odiado por el chavismo. No lo digo porque
lo dijo Capriles, sino porque leí la Constitución. Mi impresión es
que no la están cumpliendo. Más bien, que el gobierno venezolano
está manipulando la Carta Magna chavista para afianzar el liderazgo de
Maduro en defensa del modelo carismático cesarista plebiscitario que
moldeó el comandante.
La Constitución venezolana dice que si la ausencia del presidente se
produce antes de la jura, tiene que asumir el presidente de la asamblea,
que no es Maduro sino Diosdado Cabello. Lo dice muy claro. También
dice que el presidente tiene que asumir el 10 de enero y no cuando
pueda, en otra fecha. También dice que ni el vicepresidente ni
miembros del gabinete pueden ser candidatos en una elección para
reemplazar al presidente. También dice que el vicepresidente debe ser
nombrado por decreto presidencial, ya que no es un cargo electivo. Pero
por suerte para los chavistas, con sucesivas ampliaciones Chávez se
aseguró una mayoría automática en el Tribunal Superior de Justicia
(TSJ), órgano de 32 miembros con el que reemplazó a la vieja Corte
Suprema de siete jueces a partir de la Constitución de 1999.
En sucesivos fallos hechos a medida de Maduro, el TSJ falló que Maduro
podía ser el “vicepresidente ejecutivo” aunque Chávez no
había firmado ningún papel nombrando a Maduro vicepresidente, por el
solo hecho de que Maduro había sido vicepresidente en el período
anterior; después falló que Chávez podía jurar cuando y donde
quisiera, sin que por eso se pusiera en duda que estaba al mando y en
control del país, cuando era evidente que no estaba en condiciones de
hacerlo, sólo para sostener a Maduro; después habilitó la
candidatura de Maduro para las próximas elecciones al inventar el
cargo de “presidente encargado”. O sea, para que se
entienda, la Constitución prohíbe al vice y los ministros ser
candidatos, pero no al “presidente encargado”, pero porque
ese cargo no existe, no figura en la Constitución. Mejor dicho, no
existía.
La maniobra se consumó el viernes en una juramentación que, lejos de
los treinta y pico mandatarios que asistieron al funeral de Chávez,
apenas contó con la presencia de Correa, los presidentes destituidos
de Honduras y Paraguay y una ex senadora colombiana expulsada del
Congreso de su país, todos ellas personas muy repetables, pero con un
peso simbólico relativo a la hora de la legitimación.
Ese es el problema que yo le veo a esta situación. Entiendo que Lula,
Dilma, Insulza y los estadounidenses estén preocupados porque la
transición es un momento delicado en un país tan polarizado como
Venezuela, y nadie quiere problemas. Entiendo que los Castro estén
preocupados por el petróleo regalado, porque medio siglo de
experimento comunista no les alcanzó para darse cuenta de que así la
economía no funciona.
Pero toda esta manipulación que se hace para fortalecer a Maduro, a la
larga o a la corta, podría debilitarlo. Porque podemos pasarnos días
enteros hablando de las falencias y las debilidades de las democracias
formalistas y neoliberales que colapsaron en Venezuela y otros países
de región. De cómo esas democracias fracasadas fueron interpeladas y
reemplazadas por la camada de caudillos personalistas que lideró
Chávez.
Pero algunas formalidades parecen necesarias. Decir la verdad aunque
duela, por ejemplo, o respetar la Constitución cuando no me conviene.
No para retroceder, ni para entregar el país, ni para bajar las
banderas, sino para estar mejor. Para progresar a partir de lo que ya
fue, más allá de lo malo y de lo bueno.
Opine
*******************************
Gracias Sr, O'Donnell por verlo todo tan claro y hacerselo ver a los que
están engañados con una venda sobre los ojos y no ven el tremendo
montaje que aqui se ha hecho. Yo no soy chavista pero como cristiana vi
desde el principio la traición al pueblo y el sacrilegio a un hombre
que equivocado o no, fué fien a sus ideas a sus amigos o a los que
él creia sus amigos ..
Se habia entregado a los brazos de Dios y estaba permanentemente
nombrándolo...
no se merecia éste pago ni ésta verguenza por un poco de petroleo y
una banda que no se merecen ..
El desprestigio de un pais como Venezuela es imperdonable...y puedo
asegurar sin temor a equivocarme que de la cabezo de una persona como
Maduro nunca pudo salir éste rrastrero plan aunque él lo haya
apoyado ..de eso estoy segura ...
Gracias Página12, y Urgente 24
Asi tiene que ser, lo que está mal está mal, lo haga quién lo haga
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