Robert m
2012-10-06 14:35:48 UTC
Elecciones en Venezuela
Sabado 06 de octubre de 2012
Editorial La Naci=F3n:
Una elecci=F3n crucial, m=E1s all=E1 de Venezuela El resultado de los
comicios trascender=E1 las fronteras del pa=EDs que, desde hace 14
a=F1os, gobierna Hugo Ch=E1vez y repercutir=E1 en toda la regi=ED=F3n
----=A0
Ma=F1ana los ciudadanos venezolanos concurrir=E1n a las urnas para
elegir a su pr=F3ximo presidente entre Hugo Ch=C3=A1vez, quien gobierna
el pa=EDs desde 1998, y Henrique Capriles. Para ellos, hay ciertamente
una enormidad en juego. Nada menos que poder vivir en libertad, as=ED
como la posibilidad de recuperar una democracia extraviada. La
lamentable alternativa ser=EDa la de profundizar la actual deriva
totalitaria.
Al cierre de las campa=F1as no parecer=EDa haber un resultado inevitable
o seguro. Es m=E1s, las encuestas sugieren que el triunfo de la
oposici=C3=F3n unificada no es descartable, en un escenario que luce
re=F1ido.
La trascendencia de estos comicios venezolanos radica en que su
resultado repercutir=E1 inevitablemente en toda la regi=F3n en momentos
particularmente peligrosos, en los que Am=E9rica latina sufre tres males
tan graves como infecciosos en aquellos pa=EDses que pertenecen a la
'orbita "bolivariana" o son ya sus compa=F1eros de ruta, como ocurre con
la Argentina.
El primero de esos males es la notoria y pat=E9tica deformaci=F3n de las
instituciones democr=E1ticas, que est=E1n siendo reemplazadas por un
evidente hiperpresidencialismo asfixiante que transforma a los poderes
legislativos en meros sellos de goma y a los poderes judiciales en
sumisos agentes del poder pol=EDtico, sin contar con la independencia ni
la imparcialidad que deben siempre caracterizarlos. As=ED, desaparecen,
lentamente, los equilibrios y contrapesos entre los poderes que son
propios de la democracia. Los que, m=E1s a=FAn, conforman su misma
esencia, como formas de limitar y evitar la arbitrariedad del poder.
El segundo mal es la falta de respeto al Estado de Derecho. El caso
reciente de la ilegal suspensi=F3n aplicada a Paraguay en el Mercosur
as=ED lo testimonia con meridiana claridad. Sus Estados miembros
violaron descaradamente su tratado constitutivo y pisotearon la
Convenci=F3n de Viena sin escr=FApulo alguno, con el solo prop=F3sito de
admitir a la Venezuela de Hugo Ch=E1vez en ese absolutamente deste=F1ido
=E1mbito comercial al que se pretende convertir en p=FAlpito pol=EDtico,
a la manera de la Unasur. Para intentar justificar lo sucedido, el
presidente uruguayo, Jos=E9 Mujica, s=F3lo atin=F3 a decir que "lo
pol=EDtico tiene prioridad por sobre lo jur=EDdico", frase que encierra
una s=EDntesis perfecta de lo que supone una actitud desp=F3tica que
nada respeta en su empe=F1o de hacer =FAnicamente lo que pretende, para
lo cual la ley deja de ser una barrera, como debiera. El tercer peligro
son las crecientes amenazas y agresiones a las libertades individuales y
derechos humanos. Venezuela, una vez m=E1s, tiene en esto tambi=E9n un
lamentable liderazgo. Tanto es as=ED que acaba de abandonar formalmente
el Pacto de San Jos=E9 de Costa Rica, privando de este modo a todos sus
habitantes de la posibilidad de acceder a una defensa regional e
independiente de sus libertades esenciales. Esto tiene un objetivo
claramente prioritario para los "bolivarianos": el de ahogar la libertad
de prensa hasta hacerla desaparecer, con la ut=F3pica finalidad de
instalar el discurso =FAnico desde la cima del poder, ocultar los
errores de gesti=F3n y tratar de disimular una corrupci=F3n creciente,
que es caracter=EDstica de reg=EDmenes autoritarios como el de Hugo
Ch=E1vez.
En los tres males antes mencionados, Venezuela es el principal foco de
la peligrosa infecci=F3n regional que hemos descripto. La acci=F3n
perversamente destructiva de su presidente, alimentado permanentemente
desde La Habana, es constante. Ocurre que el autoritario mandatario
caribe=F1o no cree en la democracia. Postula que el Estado de Derecho no
debe interferir con su voluntad, a la que supone providencial, ni con
sus costosos caprichos. Y piensa que las libertades civiles y
pol=EDticas y los derechos humanos de sus ciudadanos son absolutamente
prescindibles.
Las ventajas que pudo haber sacado Venezuela de la fuerte suba del
precio del petr=F3leo, que pas=F3 de 14 d=F3lares por barril en 1998 a
cerca de 100 d=F3lares en la actualidad, no se tradujeron en una mejora
proporcional en la calidad de vida de la poblaci=F3n. Caracas es la
segunda ciudad m=E1s peligrosa de Am=E9rica latina, con una tasa de 80
homicidios por cada 100.000 habitantes, s=F3lo superada por la
hondure=F1a San Pedro Sula. El llamado socialismo del siglo XXI
conculc=F3 libertades y gener=F3 notorias desigualdades y privilegios,
dando lugar a la creaci=F3n de una "bolioligarqu=EDa", que se beneficia,
entre otras cosas, con el acceso al d=F3lar al tipo de cambio oficial,
cuyo precio representa un tercio del pactado en el mercado negro, sobre
cuya cotizaci=C3=B3n los medios period=EDsticos tienen prohibido hablar.
La familia venezolana se encuentra hoy dividida por odios ideol=F3gicos
incentivados desde el poder pol=EDtico, a trav=E9s de un discurso que
abusa de la cadena oficial -Ch=E1vez consumi=F3 mas de 75 horas durante
todo 2011- y que se preocupa por alejar toda posibilidad de concordia.
Si en Venezuela la oposici=F3n unificada de pronto pudiera derrotar a
Ch=E1vez, podr=EDa haber una saludable reacci=F3n ante todos esos graves
males que la Venezuela de Ch=C3=A1vez exporta y alimenta gracias a sus
petrod=F3lares.
Podr=EDa salir a la luz tambi=E9n la verdad sobre el lamentable
intervencionismo venezolano en la regi=F3n, que no ha vacilado en
incumplir el principio de "no intervenci=F3n en los asuntos internos" de
sus vecinos ni en alimentar una ola de corrupci=F3n incesante que anida
en derredor de Ch=E1vez y de sus seguidores. De ah=ED la enorme
expectativa que reina en nuestro continente sobre lo que pueda suceder
en las urnas venezolanas..
No hay mal que dure 100 a=F1os..
~~~
=C3=BAltimas notas de Elecciones en Venezuela
Sabado 06 de octubre de 2012
Editorial La Naci=F3n:
Una elecci=F3n crucial, m=E1s all=E1 de Venezuela El resultado de los
comicios trascender=E1 las fronteras del pa=EDs que, desde hace 14
a=F1os, gobierna Hugo Ch=E1vez y repercutir=E1 en toda la regi=ED=F3n
----=A0
Ma=F1ana los ciudadanos venezolanos concurrir=E1n a las urnas para
elegir a su pr=F3ximo presidente entre Hugo Ch=C3=A1vez, quien gobierna
el pa=EDs desde 1998, y Henrique Capriles. Para ellos, hay ciertamente
una enormidad en juego. Nada menos que poder vivir en libertad, as=ED
como la posibilidad de recuperar una democracia extraviada. La
lamentable alternativa ser=EDa la de profundizar la actual deriva
totalitaria.
Al cierre de las campa=F1as no parecer=EDa haber un resultado inevitable
o seguro. Es m=E1s, las encuestas sugieren que el triunfo de la
oposici=C3=F3n unificada no es descartable, en un escenario que luce
re=F1ido.
La trascendencia de estos comicios venezolanos radica en que su
resultado repercutir=E1 inevitablemente en toda la regi=F3n en momentos
particularmente peligrosos, en los que Am=E9rica latina sufre tres males
tan graves como infecciosos en aquellos pa=EDses que pertenecen a la
'orbita "bolivariana" o son ya sus compa=F1eros de ruta, como ocurre con
la Argentina.
El primero de esos males es la notoria y pat=E9tica deformaci=F3n de las
instituciones democr=E1ticas, que est=E1n siendo reemplazadas por un
evidente hiperpresidencialismo asfixiante que transforma a los poderes
legislativos en meros sellos de goma y a los poderes judiciales en
sumisos agentes del poder pol=EDtico, sin contar con la independencia ni
la imparcialidad que deben siempre caracterizarlos. As=ED, desaparecen,
lentamente, los equilibrios y contrapesos entre los poderes que son
propios de la democracia. Los que, m=E1s a=FAn, conforman su misma
esencia, como formas de limitar y evitar la arbitrariedad del poder.
El segundo mal es la falta de respeto al Estado de Derecho. El caso
reciente de la ilegal suspensi=F3n aplicada a Paraguay en el Mercosur
as=ED lo testimonia con meridiana claridad. Sus Estados miembros
violaron descaradamente su tratado constitutivo y pisotearon la
Convenci=F3n de Viena sin escr=FApulo alguno, con el solo prop=F3sito de
admitir a la Venezuela de Hugo Ch=E1vez en ese absolutamente deste=F1ido
=E1mbito comercial al que se pretende convertir en p=FAlpito pol=EDtico,
a la manera de la Unasur. Para intentar justificar lo sucedido, el
presidente uruguayo, Jos=E9 Mujica, s=F3lo atin=F3 a decir que "lo
pol=EDtico tiene prioridad por sobre lo jur=EDdico", frase que encierra
una s=EDntesis perfecta de lo que supone una actitud desp=F3tica que
nada respeta en su empe=F1o de hacer =FAnicamente lo que pretende, para
lo cual la ley deja de ser una barrera, como debiera. El tercer peligro
son las crecientes amenazas y agresiones a las libertades individuales y
derechos humanos. Venezuela, una vez m=E1s, tiene en esto tambi=E9n un
lamentable liderazgo. Tanto es as=ED que acaba de abandonar formalmente
el Pacto de San Jos=E9 de Costa Rica, privando de este modo a todos sus
habitantes de la posibilidad de acceder a una defensa regional e
independiente de sus libertades esenciales. Esto tiene un objetivo
claramente prioritario para los "bolivarianos": el de ahogar la libertad
de prensa hasta hacerla desaparecer, con la ut=F3pica finalidad de
instalar el discurso =FAnico desde la cima del poder, ocultar los
errores de gesti=F3n y tratar de disimular una corrupci=F3n creciente,
que es caracter=EDstica de reg=EDmenes autoritarios como el de Hugo
Ch=E1vez.
En los tres males antes mencionados, Venezuela es el principal foco de
la peligrosa infecci=F3n regional que hemos descripto. La acci=F3n
perversamente destructiva de su presidente, alimentado permanentemente
desde La Habana, es constante. Ocurre que el autoritario mandatario
caribe=F1o no cree en la democracia. Postula que el Estado de Derecho no
debe interferir con su voluntad, a la que supone providencial, ni con
sus costosos caprichos. Y piensa que las libertades civiles y
pol=EDticas y los derechos humanos de sus ciudadanos son absolutamente
prescindibles.
Las ventajas que pudo haber sacado Venezuela de la fuerte suba del
precio del petr=F3leo, que pas=F3 de 14 d=F3lares por barril en 1998 a
cerca de 100 d=F3lares en la actualidad, no se tradujeron en una mejora
proporcional en la calidad de vida de la poblaci=F3n. Caracas es la
segunda ciudad m=E1s peligrosa de Am=E9rica latina, con una tasa de 80
homicidios por cada 100.000 habitantes, s=F3lo superada por la
hondure=F1a San Pedro Sula. El llamado socialismo del siglo XXI
conculc=F3 libertades y gener=F3 notorias desigualdades y privilegios,
dando lugar a la creaci=F3n de una "bolioligarqu=EDa", que se beneficia,
entre otras cosas, con el acceso al d=F3lar al tipo de cambio oficial,
cuyo precio representa un tercio del pactado en el mercado negro, sobre
cuya cotizaci=C3=B3n los medios period=EDsticos tienen prohibido hablar.
La familia venezolana se encuentra hoy dividida por odios ideol=F3gicos
incentivados desde el poder pol=EDtico, a trav=E9s de un discurso que
abusa de la cadena oficial -Ch=E1vez consumi=F3 mas de 75 horas durante
todo 2011- y que se preocupa por alejar toda posibilidad de concordia.
Si en Venezuela la oposici=F3n unificada de pronto pudiera derrotar a
Ch=E1vez, podr=EDa haber una saludable reacci=F3n ante todos esos graves
males que la Venezuela de Ch=C3=A1vez exporta y alimenta gracias a sus
petrod=F3lares.
Podr=EDa salir a la luz tambi=E9n la verdad sobre el lamentable
intervencionismo venezolano en la regi=F3n, que no ha vacilado en
incumplir el principio de "no intervenci=F3n en los asuntos internos" de
sus vecinos ni en alimentar una ola de corrupci=F3n incesante que anida
en derredor de Ch=E1vez y de sus seguidores. De ah=ED la enorme
expectativa que reina en nuestro continente sobre lo que pueda suceder
en las urnas venezolanas..
No hay mal que dure 100 a=F1os..
~~~
=C3=BAltimas notas de Elecciones en Venezuela